jueves, 17 de mayo de 2007

El tiempo pasa, y nos vamos poniendo tecnos….


Siendo redúndate, repetitivo y reiterativo en esta era multimediatica donde abunda la información (o mas precisamente sobre información), he aquí un pequeño espacio que decidí construir. Harto es sabido por todos que estamos todo el tiempo comunicando algo. Desde lo que decimos, a donde vamos, por lo que consumimos, vestimos, etc. etc. ¿Qué joven dama no estallo en crisis por no saber que ponerse frente a una salida? Hemos escuchado frases tales como “estoy es muy serio” o “si voy así parezco una atorranta”. ¿Qué hombre no dijo alguna vez esto es de gay? Beber una gaseosa Light, tomar un yogurt descremado o usar alguna remera achupinada o con brillos parecieran ser síntomas de esta categorización. Todo pura comunicación. Pretendemos transmitir a los demás una elección de vida sexual, una forma de actuar frente a la vida, un status. Es la pura situación a veces conflictiva de la etiqueta que nos queremos poner frente a la que nos terminan poniendo. No pasa tan solo por lo que decimos, sino también como lo decimos y en donde lo decimos. Intentamos definirnos como somos, así como también mostramos a que grupo o sector social sentimos pertenencia: ¿Somos neohippies o fashion? Incluso cuando decidimos no tomar posición, estamos tomando posición precisamente de ello: la no posición. Accionares muchas veces inconscientes, demasiadas veces concientes. Hoy abrumados por las tribus urbanas, quizás en otros tiempos estos procesos identificatorios eran más sencillos. Las diversidades, los géneros que nos abren un horizonte de expectativas y nos permiten saber un poco de antemano como viene la cosa (en ninguna película de superhéroes pierde el bueno, los boxeadores siempre terminan en la ruina y en las novelas las mucamas se casan con los magnates) eran mas acotados. Estos géneros hasta no hace mucho tiempo eran más bipolares: eras de izquierda o de derecha, pro-ruso o pro-yanqui, Kiss o Queen, bohemio o glamour, bueno o malo, lindo o feo…Hoy, inmersos en esta posmodernidad encontramos esta mezcla, una suerte de salpicón de ideas y estilos que nos apropiamos redefiniéndolos comunicando algo o definitivamente no comunicando nada. Encontramos cosas feas que son lindas bajo el pseudo de exótico, “todos somos buenos pero es imposible ser tan buenos”, “que groso esta el ultimo disco del Indio ¿Vamos a la Creamfield?” Un docente mío decía algo así como: “…hace 30 años encontrabas a un maoísta-leninista, ateo, en contra de la tecnificación abusiva. Después te encontrabas con un maoísta-leninista, creyente que no le parecía mal la tecnificación. Más luego tenias un maoísta-leninista dueño de una empresa técnica con ideas místicas acerca de Dios, y bueno hoy es difícil encontrar a un maoísta-leninista”. Esto dicho sin ánimos de ofender a nadie, sino a modo de cita satírica ilustra un poco la situación que quiero especificar: comunicación y diversidad, pura posmodernidad. Ciclotimia Posmoderna es eso, un poco de todo conviviendo, una suerte de Tarantinisación. En cada sección encontraran algo más o menos definido, cosas que me parecen puede invitar a la reflexion, cosas interesantes, curiosas, superfluas, melancólicas, divertidas, estupidas hasta nauseabundas. Cosas que no me definen ¿O si? Ba, pura charlatanería, pura comunicación…